El mariscal de campo de Georgia Tech, Haynes King, acepta la charla sobre legado pero sigue centrado en BYU
El mariscal de campo de Georgia Tech, Haynes King, acepta la charla sobre legado pero se mantiene enfocado en BYU, publicado originalmente en The Sporting News. Agregue The Sporting News como su fuente preferida haciendo clic aquí.
Para Haynes King, los logros ya están ahí. Tres temporadas al frente de la ofensiva de Georgia Tech. Un mariscal de campo que hizo de la dureza una tarjeta de presentación y la confiabilidad un estándar. Un líder que absorbió los golpes, siguió levantándose y llevó el programa a sus etapas más exigentes.
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Estas cosas son reales. Tampoco es de eso de lo que King quiere hablar ahora.
“A lo largo de este año, hemos puesto nuestra sangre, sudor y lágrimas en este equipo”, dijo King. “No soy alguien que se dé por vencido y sea egoísta. Siempre termino lo que empiezo”.
Esa mentalidad explica por qué King está en Orlando preparándose para el Pop-Tarts Bowl en lugar de irse temprano para concentrarse en lo que sigue. Te esperan preparación de proyectos, ciclos de formación, entrevistas y evaluaciones. El rey lo sabe. Simplemente se niega a permitir que se entrometan en el presente.
Cuando se le preguntó cuándo podría tener lugar la reflexión, respondió con sinceridad y sin dudarlo. “Probablemente cuando estoy entrenando y tengo más tiempo libre… realmente no lo siento hasta el final”.
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Lo que siente ahora es una obligación. A los compañeros de equipo. A los entrenadores. Al trabajo que ya se ha realizado. El juego de bolos no es una formalidad en la mente de King, es la responsabilidad final de la temporada y tal vez de su carrera universitaria.
“Él representa exactamente de qué se trata el fútbol universitario”, dijo el entrenador en jefe asistente y co-coordinador ofensivo de Georgia Tech, Chris Weinke. “Todo lo que hace, lo hace por las personas que lo rodean”.
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Weinke habló de coherencia más que de distinciones. Sobre un mariscal de campo que se presenta de la misma manera todos los días y lidera sin redirigir la atención hacia sí mismo.
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King se hizo eco de ese sentimiento cuando el tema pasó al legado. Cualquier reconocimiento, insistió, es del grupo.
“No es un espectáculo de un solo hombre”, dijo. “Estoy agradecido con todo este equipo y personal”.
Pronto se quitará el casco por última vez. Las conversaciones cambiarán.
Para Haynes King, el CV está escrito. El acento es singular.
Todo lo demás puede esperar.