La Escocia de Gregor Townsend en aguas turbulentas tras el colapso ante Argentina
Argentina fue una pálida imitación del equipo que derrotó a Gales de manera récord en Cardiff, y Escocia tuvo el control total durante los primeros 50 minutos.
Tuvieron tres intentos excelentes, dos de Ewan Ashman y uno de Jack Dempsey.
Con 21-0, estaban acampados sobre la línea argentina, buscando ir a la yugular. Pero, como ha sido el caso con demasiada frecuencia, en lugar de asestar el golpe mortal, Escocia se acercó para ayudar a sus oponentes a salir de la lona.
El pase largo innecesario de Finn Russell fue interceptado, los Pumas se desmoronaron en el campo, Blair Kinghorn fue enviado a la basura por detener ilegalmente el ataque y Julián Montoya fue a darle nueva vida a lo que parecía ser una competencia moribunda.
Los grandes equipos, los mejores equipos del mundo, gestionan estos momentos. Sacan el problema del juego. Escocia no está construida así. Les falta sentido del juego, comprensión del juego, mentalidad para sacar el máximo provecho de un partido que debería estar firmemente en sus manos.
Es una reminiscencia de Cardiff y el Seis Naciones de 2024, cuando Escocia tomó una ventaja de 27-0 y miró al mundo como si estuvieran en camino de luchar por la victoria hasta que el más mínimo indicio de resistencia causó pánico en todo el equipo.
Ese día lograron alejarse del borde del precipicio para ganar por un punto, pero los Pumas no estaban de humor para dejar que se salieran con la suya aquí.
Después de que Damien McKenzie saliera del banquillo para romper los corazones de los escoceses contra los All Blacks la semana pasada, otro sustituto entró en la segunda mitad para robarse el espectáculo.
Santiago Carreras era como un hombre poseído, apareciendo en cada ataque, encontrando huecos en una defensa escocesa cansada e inspirando a su equipo a dar un paso más.
El try de Montoya fue el primero de cuatro en un impresionante período de 18 minutos en el que los escoceses capitularon por completo. El penal de Russell detuvo brevemente el flujo para poner el marcador 24-12, pero el viento soplaba a favor de Argentina y Escocia parecía incapaz de recuperar el impulso.