Paquetá se disculpa por la tarjeta roja en el partido West Ham-Liverpool y acusa a la FA de no brindar apoyo psicológico
Lucas Paqueta, del West Ham United, recibió una tarjeta roja sin sentido al final del partido contra el Liverpool en el estadio de Londres, dejando a los Hammers con una batalla cuesta arriba.
El West Ham ya estaba un gol por detrás, y la expulsión sólo debilitó aún más su determinación, permitiendo al Liverpool anotar el segundo y salir del Este de Londres con una victoria por 2-0.
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Paqueta recibió una tarjeta de disidencia, pero continuó manifestándose espectacularmente frente al árbitro antes de que Darren England le diera la orden de marcharse.
Paqueta recurrió a las redes sociales para disculparse por sus acciones.
Sin embargo, también acusó a la Federación de Fútbol (FA) de no haberle proporcionado apoyo psicológico durante la investigación sobre sus acusaciones de amaño de puntos.
Paqueta dijo (vía Twitter): “Es ridículo ver tu vida y tu carrera afectadas durante dos años sin ningún apoyo psicológico por parte de la federación.
“Tal vez este comportamiento ridículo sea sólo un reflejo de todo lo que tuve que soportar y, al parecer, ¡tengo que seguir soportando! Lo siento si no soy perfecto”.
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Las excusas de Paqueta no son suficientes – Ver
Las disculpas en las redes sociales no reparan el daño causado sobre el terreno.
El comportamiento de Paquetá en ese momento fue imprudente, indisciplinado y completamente egoísta, sobre todo teniendo en cuenta el contexto del partido.
El West Ham ya estaba persiguiendo el juego, y perder a su mediocampista más influyente en una etapa tan crucial fue nada menos que un sabotaje.
Peor aún, se vio a muchos jugadores tratando de alejarlo del árbitro, instándolo a calmarse antes de que las cosas empeoraran aún más.
Paqueta ignoró este consejo y prefirió seguir reprendiendo a Inglaterra y agravar la situación.
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Esto es inaceptable por parte de un profesional de alto nivel, y mucho menos de uno a quien se le han confiado responsabilidades de liderazgo.
Los futbolistas están sometidos a una presión inmensa y la tensión mental es un problema real y grave, pero eso no excusa la falta de autocontrol en una situación de partido.
West Ham pagó el precio máximo por sus acciones, perdiendo toda esperanza de salvar un resultado. La responsabilidad debe anteponerse a la simpatía.