Sorteo del Mundial 2026: 'Escocia se prepara para el preámbulo y la fiesta de las bromas'
Así que todos los ojos están puestos en el Kennedy Center en Washington DC para poner fin al juego que todos hemos estado jugando desde que Kenny McLean anotó el gol que se escuchó en todo el mundo contra Dinamarca en Hampden el mes pasado: el alunizaje del fútbol escocés con esa pelota pasando casi tanto tiempo en el espacio como el Apolo 11.
El juego del mejor y del peor de los casos ha sido divertido. Cada grupo puede incluir un máximo de dos equipos de la UEFA, pero sólo uno de las otras cinco confederaciones. Mejor caso: Estados Unidos, Australia, Cabo Verde. Peor escenario: Inglaterra (qué tristeza viajar tan lejos para jugar contra el país vecino), Marruecos y Jordania.
Cada uno tendrá su propia opinión al respecto. ¿Glamurosa o no en el primer bote? Escocia sólo se ha enfrentado a Argentina cuatro veces en su historia, todas ellas en partidos amistosos. ¿Lionel Messi o algo más manejable entre los primeros favoritos? ¿Juegos en la Costa Este, Costa Oeste o Central? Las alegrías, las alegrías.
Personas dedicadas habrán identificado países peligrosos en América del Sur (más allá de lo obvio) y aquellos que se deben evitar en África. El Curazao de la CONCACAF ha sido la comidilla de la ciudad, casi con certeza por primera vez en la historia del fútbol escocés. Curazao es entrenado por el ex entrenador de los Rangers, Dick Advocaat.
Parte de la majestuosidad de estar involucrado en todo esto es la charla en los pubs: gente experta en fútbol que se pregunta si es mejor sacar a Haití del bombo cuatro porque Haití está en la lista de prohibidos de Trump y a ninguno de sus fanáticos se le permitirá ingresar a Estados Unidos para apoyar a su equipo, lo que podría significar más boletos para el Tartan Army.
Los aficionados escoceses viajarán pase lo que pase. Con entradas o sin ellas, las encontrarás allí, dondequiera que estén. Vencer a Dinamarca en una de las noches más importantes en la historia de la selección nacional (posiblemente la más grande) fue la primera parte de la aventura y ahora es el momento de la segunda.
El viernes en Washington será largo y tedioso, corre el riesgo de resultar estridente y embarazoso, molesto para los ojos y los oídos.
Pero es una especie de tierra prometida, es donde Escocia ha soñado estar durante casi 30 años. Por fin un lugar en la cima. Una primera Copa Mundial para los jóvenes del país y, para los mayores, un regreso a un lugar al que tal vez dudaban que alguna vez regresarían. No es un sueño. Esto realmente está sucediendo, amigos.